Recetas

Brownie de chocolate y queso

He escogido esta receta para estrenar el blog porque es enormemente fácil de hacer y no se necesita ninguna herramienta especial, salvo un molde cuadrado de 20×20 cm y un juego de cucharas medidoras. Ten en cuenta que no valen las que usamos para comer, pero las podemos encontrar sin ningún problema en grandes superficies, ferreterías, etc. y son muy económicas.

Aunque pueda parecer un poco feo está muy bueno, de hecho me gusta llamarlo el «patito feo» porque la pinta no es la más atrayente. Sin embargo, tiene una textura, un olor y un sabor que no dejan indiferente, creedme, el resultado es francamente impresionante, a la altura del más bello cisne.

Tengo que advertir que todas las veces que lo he preparado ha sido un éxito rotundo, pero no esperéis encontrar un brownie con textura de bizcocho, éste entra en la categoría «fudgy», es decir, es cremoso y el toque del queso con vainilla es una combinación perfecta con el chocolate. Así que animaros a prepararlo porque merece mucho la pena.

A continuación detallo la receta, extraída del libro «El Rincón de Bea» de Bea Roque, con alguna pequeña variación. La receta original lleva 1/2 cucharadita de café expresso soluble que yo he omitido porque lo he probado de ambas formas y para mí está más bueno sin el café, pero eso va en gustos. Si decidís añadirlo debéis introducirlo junto con la harina tamizada. Y también he sustituído 100 gr de nueces picadas por los 100 gr de chocolate picado que creo que queda mejor con la crema de queso.

Ingredientes (para 16 unidades):

Masa del brownie

·       75 gr de mantequilla

·       170 gr de chocolate de cobertura

·       170 gr de azúcar

·       2 huevos L

·       1 cucharadita de extracto de vainilla

·       1/2 cucharadita de sal

·       50 gr de harina

·       100 gr de chocolate de cobertura picado

Crema de queso:

·       250 gr de queso Philadelphia

·       70 gr de azúcar

·       1 yema

·       1/2 cucharadita de extracto de vainilla

Pasos a seguir para su elaboración:

Precalentamos el horno a 165º C con calor arriba y abajo y la rejilla, no la bandeja, preferentemente a media altura.

Preparamos el molde. Para ello lo rociaremos con spray desmoldante o lo pincelamos con un poco de aceite de oliva suave o mantequilla. Cortamos dos trozos de papel de hornear de 20 cm de ancho por el largo que tenga el rollo y colocaremos el primero centrándolo para que sobresalga por igual por ambos laterales. Pasaremos los dedos por las esquinas y los lados para que queden bien pegado. Una vez bien acomodado, lo espolvoreamos o pincelamos para que el siguiente trozo, que pondremos cruzado, se pegue y no se mueva.

Ahora hay que derretir el chocolate junto con la mantequilla, bien al baño María o en el microondas. Si lo hacemos al baño María tendremos que asegurarnos que el cuenco del chocolate no toca el agua hirviendo y también estaremos pendientes de que no le entre agua, porque podría convertir el chocolate en una masa gomosa. Si usamos el microondas, que es lo que yo he hecho, pondremos el cuenco en tandas de 30 segundos como mucho y a potencia baja para que no se queme. Removemos entre tanda y tanda hasta que esté fundido. En ambos casos la mezcla no se debe llegar a calentar.

El chocolate con la mantequilla queda liso y brillante.

Ahora añadimos el azúcar y mezclamos con una varilla. La textura será granulosa.

Nuestra masa se ha vuelto mate y arenosa.

A continuación toca incorporar los dos huevos, pero lo haremos de uno en uno, es decir, no añadiremos el segundo hasta que el primero no esté totalmente integrado. Seguidamente, incorporamos la vainilla (para el buen acabado del postre es importante que sea un extracto natural nunca uno artificial) y batimos bien para que impregne la masa de forma homogénea.

De nuevo tenemos una textura brillante.

Ahora tamizamos con un colador la harina sobre la masa (con el café si lo usamos) y luego echamos la sal. La mezclaremos con mucha suavidad y lo justo imprescindible para que todo esté incorporado.

La harina tamizada es mucho más fácil de integrar y no deja grumos.

Con una espátula incorporamos el chocolate picado que teníamos reservado (o las nueces si lo prefieres o 50 gr de cada cosa). Queda muy bien que los trozos no sean todos iguales, yo dejo algunos más pequeños que otros, pero ten en cuenta que tampoco deben ser grandes.

Volcamos la mezcla sobre el molde que tenemos preparado y con la espátula acomodaremos la masa para que llegue bien y por igual a todos los rincones.

Hay que empujarlo con suavidad hacia las esquinas.

Si no quisiéramos ponerle la crema de queso (que también está muy bueno) en este momento lo introduciríamos en el horno por unos 30 minutos. Tenéis que ver que hace costra en el exterior y que al pincharlo con un palillo sale limpio (aseguraos de que no sale manchado por haber pinchado un trozo de chocolate insertando el palillo en dos o tres sitios).

Si tenéis paciencia y decidís seguir sólo nos queda batir todos los ingredientes de la crema de queso juntos con una batidora. Veréis que la mezcla se vuelve homogénea muy rápido. Una vez lista la ponemos sobre la masa de chocolate a cucharadas. Id repartiendo la crema por toda la superficie del brownie hasta terminarla.

Aunque quedan pequeños huecos no importa.

Luego con una espátula pequeña o un cuchillo de postre haremos un efecto marmolado pero sin llegar a unir ambas mezclas. Para ello insertamos la espátula en una esquina y vamos haciendo «eses» de un lado hasta el otro. Cuando terminéis giramos el molde y repetimos la operación para que las «eses» se crucen con las anteriores que hemos hecho.

Ya sólo debemos llevarlo al horno alrededor de 40 minutos, en mi caso tardó un poco más. Deberéis ver que al pincharlo con un palillo sale limpio (aseguraos de que no sale manchado por haber pinchado un trozo de chocolate insertando el palillo en dos o tres sitios) y que la capa superior adquiere un ligero tono dorado.

Cuando esté listo, lo sacamos del horno y lo dejamos enfriar dentro del molde sobre una rejilla hasta que esté totalmente frío. Para desmoldarlo podemos darle la vuelta, quitarle el papel y volver a voltearlo, o sacarlo «a cuatro manos», es decir, un «pinche» te ayuda y cada uno coge dos trozos del papel que dejamos a los lados y tiráis hacia arriba a la vez. Yo uso el segundo sistema porque mi molde es un poco profundo y no quiero que se rompa el brownie.

Por último, le cortamos los laterales con un cuchillo (así tenéis una excusa perfecta para probarlo) y hacéis 16 porciones (4 filas y 4 columnas). Eso sí, hay que limpiar el cuchillo entre corte y corte porque si no se te quedará pegado.

Para conservarlo hay que tenerlo en la nevera tapado con papel de aluminio o en un expositor para tartas con campana de cristal. En ambos casos tápalo bien, porque su olor es francamente irresistible… ¡No digas que no te avisé!

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1 Comment

  • Reply Victoria diciembre 15, 2019 at 11:39 pm

    No hay quien se pierda!!! Buen trabajo

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