Tarta realizada el 17 de noviembre de 2020.
Cuando la pequeña Chloe vio en junio la tarta de Pitufina de su prima Greta le gustó mucho y quedó muy impresionada, tanto que para su cumple también quería una tarta de Pitufina. Cuando su madre me lo contó yo le propuse alguna idea nueva, como hacer su cara en grande, para que fueran distintas, pero Chloe quería una Pitufina como la de Greta. Personalmente no puedo evitar pensar que las “comparaciones son odiosas”, especialmente cuando las tartas van a una misma casa, pero la ilusión de Chloe era enorme así que no podía decepcionarla.
Quería darle un aire un poco diferente, dentro de lo posible, a la tarta. Pensé en sentarla en una flor, pero eso no me proporcionaba una estructura suficientemente firme y no se puede correr el riesgo de que la pieza no tenga estabilidad, más cuando hay que transportarla. Entonces se me ocurrió que la tarta fuera una gran seta, quedaría muy bonita y sería perfectamente estable. Luego haría una seta más pequeña para poner la vela y la edad. Finalmente pondría unas margaritas alrededor para dar el toque “floral” (no puede haber una tarta de Pitufina sin setas ni flores).
Sin embargo, cuando preparé el sombrero pensé que era suficientemente grande para el bizcocho que quería hacer de base, pero resultó que quedaba más bonita con un pie más fino y un poco “rechoncho” por abajo. Entonces cambié de plan, hay que tener recursos, preparé un pie “falso” y dejé la tarta comestible aparte. Así Chloe podría soplar su vela tantas veces como quiera (en estos tiempos las celebraciones se fragmentan) y quedarse la tarta de recuerdo.
Para los colores me centré en tonos suaves, primando el rosa, que es el color favorito de Chloe. Creo que la combinación rosa-blanco-verde ha sido un acierto, ha quedado muy tierna, perfecta para una niña de tres años. En cuanto a Pitufina, esta vez contaba con la experiencia anterior, así que eso me permitió hacer algunas cosas de otra manera y ha mejorado en ciertos aspectos, aunque aún hay cosas que perfeccionar.
Pitufina es el modelado menos satisfactorio que he hecho hasta ahora (y ya van dos). Tiene unos rasgos muy de dibujo animado que no ayudan a sacarla favorecida, está más pensada para verla de perfil que de frente. De hecho, muchas de las muñecas que la representan dejan bastante que desear… Y el pelo es un problema, porque es difícil crear esa densidad sin añadir un peso excesivo a la cabeza, que la puede hundir e inclinar hacia atrás. Dicen que no hay dos sin tres, y, si así fuera, me gustaría pensar que a la tercera va la vencida y finalmente conseguiré corregir esos matices y hacer una Pitufina más lograda.
La tarta “comestible” era de chocolate, la opción favorita de los niños. La cubrí de ganache y le di un acabado dorado, como si fuera un enorme bombón.
Ayer fue el gran día y creo que Chloe ha tenido un feliz tercer cumpleaños, y con su tarta estaba súper contenta y cuando la miraba le decía a su madre que “quiere mucho a Pitufina”. ¡Muchas felicidades Chloe! Disfruta mucho de tu Pitufina.
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