Empezamos el año con el cumpleaños del benjamín de la familia, un precioso regalo que hace tres años nos dejaron los Reyes Magos. A Miguel le encantan los vehículos, especialmente los que vuelan y, además , desde que es muy pequeño, le llama mucho la atención la luna. Para la tarta de su cumple uní estos elementos y decidí hacerle un cohete aterrizando en la luna.
Mi idea era que la tarta representara el espacio y situar encima la luna de topper con el cohete a punto de posarse sobre ella. Para lograr ese efecto de aterrizaje puse una “nube” de humo saliendo del propulsor en lugar de una llama, ya que la llamarada da más la sensación de un despegue.
La verdad es que cuando hago estas tartas para los peques disfruto mucho, pero recrear el espacio exterior me ha gustado especialmente. Creo que repetiré la temática del universo, es muy bonita y tiene un toque mágico.
Para el interior repetí la mezcla de chocolate y fresa que puse en la tarta de Superzings de su hermano Carlos, porque a Miguel le gustó mucho.
El momento de sacar la tarta ha sido genial porque Miguel se ha puesto muy contento al verla y ha exclamado: “¡Un cohete! ¡Mamá mira, hay un cohete en la tarta!” Él estaba emocionado y, sé que siempre lo digo, pero es así, para mí no hay mayor regalo que el de ver su alegría y su ilusión.
Miguel es el peque de la familia y poco a poco se nos hace mayor, pero mientras crece podemos soñar juntos con viajar a la luna. ¡Muchas felicidades corazón! ¡Qué seas siempre tan feliz!
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