Mis Creaciones

TARTA DE BIGOTES DE FONDANT.

Tarta realizada el 1 de mayo de 2021.

Hace tiempo compré un molde de bigotes para hacer una tarta para mi padre. A las chicas, bueno, a l@s niet@s, les hacía mucha gracia que la tarta llevara los bigotes del abuelo, además luego podíamos hacernos fotos como si tuviéramos su bigote, así que hemos tenido ya varias versiones.

Sin embargo, me sorprendió porque este año me pidieron que le hiciera de nuevo una tarta con bigotes. Al principio lo descarté, porque me parecía un tema “agotado”, pero luego pensé que mi padre tiene tres cosas muy características en él: su bigote, sus gafas cuadradas de pasta (que aunque hace años que se operó y no las lleva le han acompañado gran parte de su vida) y sus sombreros, y se me ocurrió representarle con estos tres elementos. Así surgió la tarta de bigotes “versión 2.0.”

En cuanto al color, quería que la tarta fuera verde oscuro, porque me parece un color muy elegante, muy de “gentleman”, como esos coches clásicos tan bonitos. Tuve que hacer algunos ajustes porque el fondant verde no terminaba de tener el tono que yo quería, pero lo conseguí. Y con el verde combina fenomenal el dorado, así que la tarta ya empezaba a tomar forma.

Lo primero que me puse a modelar fueron las gafas, era la pieza más frágil y tenían que secarse muy bien para no correr el riesgo de que se rompieran. Luego me puse con su bigote y me di cuenta que el suyo es gris, así que me pedía a gritos que usara plateado. La idea me gustó mucho y decidí combinar ambos tonos en la decoración. En cuanto al sombrero, lo más delicado eran las partes que van en equilibrio: el ala y la parte que sobresaldría del borde de la tarta. Ambas piezas deben secar muy bien y con la curvatura exacta de la tarta para que no se partan ni se cuarteen al pegarlas.

Luego preparé unas esferas para completar la decoración y, como no, los clásicos bigotes hechos con el molde, aunque esta vez vestidos de un glamuroso oro. Para cerrar el conjunto añadí unos toques de oro comestible, un topper y la vela.

Y para el interior, una combinación nueva. El día del cumpleaños de mi madre a mi padre le encantó el ganache de chocolate blanco con que recubrí el bizcocho de Moet con crema de rosas y me pidió que su tarta fuera de chocolate blanco. Así que preparé para él un fantástico bizcocho húmedo de vainilla, relleno y cubierto de ganache de chocolate blanco y, para darle un toque fresco y menos dulzón, llevaba un toque de coulís de frambuesas. Le puse poco para no matar el sabor del chocolate, pero me lo llevé en un biberón para quien quisiera poner más. Con o sin extra de coulís la tarta estaba buenísima…

El corte de la tarta. Se ve el bizcocho húmedo y las semillas de vainilla…

Y así, con la “versión 2.0” de la tarta de bigotes, hoy celebramos los 72 años de mi padre, el abuelo. Lo hemos pasado fenomenal y, como no podía ser de otra manera, nos hemos hecho fotos con los “bigotes de oro”. ¡Muchísimas felicidades papá! Espero que la vacuna traiga por fin un poco de normalidad y puedas disfrutar mucho de este nuevo año.

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