Tarta realizada el 16 de mayo de 2020.
Cuando Irene me mandó un mensaje de voz preguntándome que si, por favor, le podía hacer, y cito textualmente, “la mejor tarta de unicornio que has hecho” se ganó mi corazón. Por supuesto le dije que sí y organizamos un poco la idea de la tarta. Me pidió que tuviera también un arcoíris y me dijo que sus colores favoritos eran el azul, verde y morado, todos en tono pastel. Y de sabor “¡Chocolateeee!”.
Así que tomé nota de todas sus indicaciones y empecé con el proceso creativo, el listón estaba muy alto, no era una tarta cualquiera de unicornio y arcoíris, tenía que ser la mejor, por lo menos la mejor que yo haya hecho…
La idea era clara, la tarta llevaría la cabeza del unicornio en el frente y arriba estaría el arcoíris. Para el unicornio decidí hacer un boceto yo misma en lugar de imprimir una plantilla, porque quería que fuera único y, la verdad, es que la mayor parte de las tartas tienen el mismo unicornio porque usan la misma imagen.
También había que elegir la combinación de colores. El pelo del unicornio sería de sus tres colores favoritos. Para cubrir la tarta no terminaba de decantarme por uno de ellos, porque no quería que hubiera una predominancia de uno sobre los otros, y tampoco quería que fuese blanca, porque el unicornio no destacaría. Así que ¿por qué elegir si puedo usarlos todos? Un efecto marmolado mezclando una base blanca con sus tres colores era la opción perfecta.
En cuanto a los complementos, comencé por el arcoíris, el cuerno, la oreja y el ojo, porque tienen que endurecerse y además algunos elementos los tenía que pintar con pintura comestible lila brillante y es un proceso lento. También hice una nube con el 7, la edad de Irene. Para terminar el conjunto preparé unas bolas pintadas también en lila. Cuando la tarta cogiese forma ya decidiría qué más añadir (estrellas, sprinkles…), pero esa parte queda en el aire hasta que la estoy montando y puedo valorar el conjunto.
Me gusta hacer mis propios colores usando fondant blanco y en este tipo de ocasiones en que son tonos tan bonitos disfruto mucho creando las mezclas. Preparé los tres colores que pidió manteniendo la tonalidad pastel, pero con un poco de chispa para que el unicornio destacara.
Para el interior de tan dulce creación, un bizcocho húmedo de chocolate, relleno de crema de chocolate y queso, a la que añadí unas pepitas de chocolate, y todo ello cubierto de ganache de chocolate infusionada con vainilla.
Soy muy afortunada porque me han mandado un vídeo del momento tarta y he podido ver la carita de Irene al descubrir por fin el gran secreto. Puedo decir que he cubierto sus expectativas, estaba muy contenta, le ha parecido “aluci-flipante” y yo también estoy muy contenta, porque mi objetivo principal, a parte de que por supuesto esté rica y sea bonita, es generar felicidad e ilusión, y su cara era alegría e ilusión en estado puro. ¡Muchas felicidades Irene! Como ya te dije, sigue siendo tan dulce y simpática y sigue llenando tu vida de unicornios y arcoíris.
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