Tarta realizada el 12 de junio de 2021.
Después de mucho esperar, por fin ha llegado el día en que hemos podido celebrar los 10 años de nuestras chicas como se merece. Tras estos meses que se nos han hecho tan largos parece que empezamos a ver la luz. En febrero Claudia quería una tarta de Grogu (Baby Yoda) y Gabriela de animales del bosque.
Sin embargo, durante este tiempo habíamos acordado un tema que les gustara a las dos y surgió Doraemon. Empecé a pensar y planificar su tarta. Iba a hacer una gran nube con Doraemon y Nobita en ella. Entonces comencé a buscar una decoración para la fiesta y encontré unos adornos tropicales súper bonitos y pensé que en febrero difícilmente haríamos una fiesta así. Y de esta forma surgió el tema definitivo, se lo comenté a ellas y les pareció bien, por lo que finalmente la tarta sería tropical.
Dentro de los elementos típicos tropicales están los flamencos, las piñas, las hojas de monstera, las flores… y yo tenía muy claro cuáles quería emplear, pero lo que tuve más claro desde el principio es que la gama cromática no sería la habitual, para darle ese toque que hiciera que fuera diferente, y elegí la combinación de rosa y dorado.
Los elementos tropicales de la tarta serían un flamenco, un hibiscus y hojas de diferentes tamaños. El flamenco y la flor serían rosas, las hojas en cambio serían las que aportarían el dorado. También hice un topper con forma de piña, pero finalmente no lo usé.
Para cubrir la tarta preparé un rosa intenso, sin llegar a fucsia, para que el dorado destacase. En el frente hice una placa en un rosa más claro, con los nombres de las chicas. Le puse un cordón dorado alrededor y decidí que había que añadir algún detalle más. Hice unas plumerias, no muy grandes pero tampoco muy pequeñas, que quedaban perfectas. Después le tocó el turno a las hojas.
La parte más delicada de la tarta era el hibiscus. Y es que el proceso del montaje de la flor, pétalo a pétalo hay que hacerlo con mucho cuidado para que no se rompan, pero a la vez tienen que sujetarse muy bien para que no se abran en exceso. Tuve algunos problemillas, pero finalmente tuve una idea con la que conseguí que los pétalos estuvieran donde tenían que estar.
Me hubiera gustado que la tarta fuera de piña colada, pero a mis hijas les encanta el bizcocho de chocolate relleno de crema de Oreo y ellas son las que eligen, así que obviamente preparé su sabor favorito.
El resultado final de la tarta me ha gustado mucho. Estoy muy satisfecha porque ha quedado muy bonita, delicada y, por supuesto, tropical. En cuanto a la fiesta, el tiempo nos ha tenido un poco en vilo. Ayer hubo tormenta y la previsión para hoy era peor… Sin embargo al final la cosa se ha quedado en que ha hecho viento, así que después de todo hemos podido decorar el jardín con los adornos (eso sí, atándolos bien fuerte) y disfrutar de un rato muy agradable. Y lo más importante de todo, Claudia y Gabriela estaban emocionadísimas con su fiesta y, por supuesto, con su tarta, aunque haya sido Eolo el que se ha empeñado en soplar las velas.
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